Una de las misiones imposibles para el cine parecía ser la de conseguir adaptar a la gran pantalla la obra maestra de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido. Y eso que, entre los siete libros de los que se compone, el cuarto, por ejemplo, Sodoma y Gomorra, no deja de ser un precedente para ese género al que se ha dado en llamar novela rosa.
Pero, de la misma forma que el gran instrumento utilizado por el escritor francés es el eclecticismo en su estado más puro, parece ser que hacía falta que llegara Raoul Ruiz, director chileno afincado en Francia, con una coproducción entre tres países europeos para lograrlo. Y nada menos que tomando como base el último de los volúmenes de la magna obra.
La razón principal de este éxito (nunca estrenado en España) es que Ruiz ha sabido dar a cada una de sus imágenes el tono necesario para retratar aquella época, aquellas gentes: la decadencia. Dentro de la teoría compleja que construye dicha escuela filosófica, los decadentes sólo se habían visto antes retratados en esa otra maravilla cinematográfica, Muerte en Venecia (Luchino Visconti, 1971).
Y ese mismo aire es el que rodea a un espectacular reparto en el que se incluyen nombres como Catherine Deneuve o Emmanuelle Béart, quienes saben convertir sus rostros en los de dos perfectas cocottes en diferentes fases de su vida. O John Malkovich quien compone un Barón de Charlus que deja en agua de borrajas al alabado trabajo de Alain Delon en Un amor de Swann (Volker Schlöndorff, 1984), otro de los fallidos intentos de adaptación de Proust.
Afianzada más en lo que no se dice que en lo que se escucha, esta joya es una de las raras ocasiones en las que a uno le entran ganas de vestirse para la ocasión y volver a disfrutarla con una botella de champagne francés acorde para la ocasión.
jueves, 29 de julio de 2010
56 - LE TEMPS RETROUVÈ. Raoul Ruiz. Francia/Italia/Portugal, 1999.
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