miércoles, 16 de junio de 2010

25 - HEAT. Michael Mann. USA, 1995.

Durante años se estuvo especulando sobre la posibilidad de que se reunieran en pantalla los dos actores a los que se consideraba los mejores de su generación: Robert de Niro y Al Pacino. Aunque se barajaron diversos proyectos, se llegó a hablar incluso de posibles directores que llevaran la batuta, no fue hasta 1995 cuando los dos monstruos interpretativos vieron sus nombres juntos en los rótulos de crédito.

Sin embargo, y pese a que esta película está incluida en EL (otro caso en el que no entiendo por qué), lo cierto es que el resultado ya me pareció triste en su momento. De entrada, porque el tan esperado duelo actoral se reducía a una simple secuencia, con lo que de duelo nasti. Además, era un momento en una cafetería y lo que se tenían que decir era menos emocionante que la misa de año nuevo.

Por otro, porque pese a que algunas de las secuencias de acción son meritorias (no en vano, el director es Michael Mann), el peso de la historia, es decir, su guión, es flojo, flojito, flojo. Y eso que el libreto también es del propio Mann, pero, la verdad, ya se lo podía haber escrito otro.

Dicen en EL que los temas que trata: la identificación entre poli y criminal, la intimidad de los seres tan entregados a su profesión, están retratados de forma profunda y certera. Mentira. A mí me parece un ladrillo insufrible, sobre todo cuando consiste en chuparte dos horas y media de supuesto cine para llegar a un final que, lejos de mejorar nada, te deja con dos de pipas, que decían mis padres.

Volveremos a ver al Mann por estas páginas, sin embargo, no con la que considero, sin duda, su obra maestra, El dilema (1999), donde sí que se puede gozar con el enfrentamiento entre Pacino y el insufrible Russell Crowe (insufrible en la vida real, claro está).

Para incluir esta entrada en el blog, he vuelto a ver la cinta, sí, entera, y me ha servido para ratificarme en todo lo que he comentado arriba. También es cierto que, mientras que hay películas que mejoran o empeoran con el tiempo, Heat me ha vuelto a parecer, sencillamente, la misma basura. Ni más ni menos.

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