lunes, 14 de junio de 2010

23 - AMENAZA EN LA SOMBRA (Don't Look Now). Nicolas Roeg. Reino Unido/Italia, 1973.

Pese a tantas otras películas que se pueden descubrir gracias a EL, a mí me llegó noticia de esta cinta por la lectura de la autobiografía de Rupert Everett. En ella, el inglés cita a Amor sin condiciones (P.J. Hogan, 2002) como uno de sus mejores trabajos y el menos reconocido. Tentado, como me siento siempre que citan una película que no he visto, sea cual sea la fuente, me afané por conseguir copia de la misma. Aparte de descubrir otra gran comedia que le debemos al director de La boda de Muriel (1994) o La boda de mi mejor amigo (1997), me encontré con una primera referencia a una joya fílmica como Amenaza en la sombra.

Rodada en 1973 por un director tan inquietante como Nicolas Roeg (al que volveremos a encontrar en este blog con otros de sus títulos incluidos en EL), son varios los factores que la pueden presentar como catálogo de las características que han convertido al cine de los 70 en referencial.

Primero, la capacidad de crear atmósferas agobiantes, sin utilizar elementos de efectos especiales, ni excesos de trabajo de maquillajes, sino que con elementos cotidianos te acongojan como pocas creaciones de ordenador han conseguido.

Segundo, las secuencias de sexo que, herederas del cambio total que supuso la década de los 60, contaban con una libertad en la que, salvo los penes, tanto actores como actrices eran mostrados con poca tontería en los momentos en los que los humanos nos desnudamos de verdad, es decir, en la cama. No como en las producciones actuales en las que parece que todas las chicas tienen sexo con el sujetador puesto, los chicos con los calzoncillos y los besos entre ambos nunca llevan lengua. Resultado, que cualquier secuencia setentera tiene la facultad de excitar realmente al espectador, no como lo de ahora que no provoca ni un cosquilleo.

En EL defienden que el ingrediente principal de este maravilloso cocktail es la pasión de los protagonistas (de quienes se dice que mantuvieron un romance real durante la filmación), pero no estoy de acuerdo.

Lo principal del cine de los 70 es la capacidad con la que la humanidad parecía vivir a caballo entre el mundo real y el de los espíritus. De hecho, a esta década permanecen trabajos con tanto impacto social como El exorcista (ya incluida en este blog) o La profecía (Richard Donner, 76).

Y de eso, de ese mundo flotante entre vivos y muertos, esta película tiene un montón. No sólo por las grandes interpretaciones de Donald Sutherland y Julie Christie, sino también por una serie de personajes que se mueven, precisamente, en contacto entre los unos y los otros. De hecho, la vidente ciega que aparece es una de las razones más poderosas que uno puede encontrar cuando quiere pasar miedo. Sin olvidar que esta película logra algo tan increíble como que un simple chubasquero rojo pase a ser un fetiche de terror.

Hasta la fecha, he encontrado al menos tres películas, bien diferentes, con influencia directa de esta cinta. Para empezar, uno de los primeros títulos del gran David Cronenberg, Cromosoma 3 (1979), en la que aparecen niños con el famoso impermeable rojo. También en la segunda, la comedia citada al principio de esta entrada, una enana, encantadora por lo borde, utiliza una prenda antilluvia del mismo color como parte de un entramado para pillar a un asesino.

Por último, en la reciente y estupenda Escondidos en Brujas (Martin McDonagh, 2008), mientras los protagonistas están de finde en la ciudad, se encuentran con un equipo de rodaje de un guión que cuenta con referencias directas a esta Amenaza.

Perfecta para noche de tormenta en la que quieras pasar miedo. Lo pasarás.

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