Pese a que, en ocasiones (como ya he escrito), alguna de las películas incluidas en EL me parecen más que discutibles, también es cierto que resulta ser una guía fundamental para encontrar títulos que, de otra manera, no hubiera conocido.
Es el caso de Buñuel, del que sabemos mucho sobre su primera época; también mucho sobre su experiencia mexicana; de sus incursiones en la España sometida a Franco y cómo burló a la censura; y, sobre todo, de su época final en la que rodó tantas obras maestras.
Pero capítulo aparte merecen las únicas dos películas que el genio maño rodó en inglés. Una es Robinson Crusoe (1954), de la que tanto se ha hablado. Sin embargo, de la joya que es La joven, hasta que la encontré en EL no sabía nada.
Y es una lástima porque es un título que, con una ambientación que recuerda a cualquier obra sureña de Tennessee Williams, trata de temas tan inquietantes como las relaciones interraciales, el racismo eterno del sur y, sorpresa, la pederastia.
A una isla de Carolina (aunque el espacio que vemos se rodó en México), llega un músico negro escapando de una falsa acusación de violación. Allí conoce a una niña púber, nieta de un manitas local, que se hace su amiga. Por su parte, el capataz que pasa por allí, un cuarentón desagradable a más no poder, aprovecha la muerte del anciano para convencer a la niña (de apenas 13 años) de que tenga relaciones sexuales con él. La niña accede con una madurez que otorga a la historia una dureza todavía más directa.
Y ésa es la línea general del argumento, pero, además, hay una cantidad importante de elementos añadidos, de pequeños matices que te van involucrando en la historia hasta el punto de que el agobio que crea el espacio que estás viendo te da la sensación de estar sudando por todos tus poros.
Los elementos surrealistas que hacen único el cine de Buñuel brillan por su ausencia, pero es verdad que este título te deja ver los logros que el genio de Calanda logra cuando se centra en un cine más convencional, al estilo de su etapa mexicana. Recomendada para los días en que necesitas conocer miserias mayores a las tuyas para sentirte mejor.
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