sábado, 4 de diciembre de 2010

108 - I KNOW WHERE I'M GOING. Michael Powell/Emeric Pressburger. Reino Unido, 1945.

Mientras que son numerosas las parejas de director/actor (o actriz) que han funcionado en la historia del cine. O incluso de actor/actor (y lo mismo en su versión femenina, alterna donde quieras), en muy pocas ocasiones nos encontramos con dos directores que hayan funcionado tan bien y durante tantas entregas como la formada por Michael Powell y Emeric Pressburger. De hecho, en EL encontramos varias obras más creadas por este par de cineastas.

En la que nos ocupa, partimos de un inicio al más puro estilo Capra, en el que se nos presenta a Joan Webster, una joven muy determinada que, en el momento en que la acción comienza ha decidido casarse con un hombre mucho mayor que ella, pero sumamente rico.

Para llegar a él, necesita hacer escala en la Escocia profunda donde, por motivos de temporales, se verá obligada a permanecer más tiempo del deseado. En este lugar, conocerá a un hombre al que aprenderá a amar (con ayuda de los vecinos del lugar), pese a que no tiene dónde caerse muerto.

Todo está contado en todo de comedia y resulta de lo más encantador. Aunque en este caso no me atrevo a descafalificar por completo la obra (se me ocurren muchas otras comedias que merecerían aparecer en EL), lo cierto es que esta película no hubiese pasado por mis manos de no haber sido por su inclusión en el libro. De hecho, ni siquiera fue estrenada en nuestro país, aunque no contiene ningún elemento censurable para lo que se exigía en la época.

La fotografía en blanco y negro está perfectamente iluminada consiguiendo realzar algunos paisajes de natural hermosura que se crecen en pantalla. La protagonista, Wendy Hiller, logra un retrato perfecto de su ambiciosa Joan. Y los actores/actrices de reparto están todos perfectos. Es de esos ejemplos que te dan ganas de recomendar a todos los directores que se empeñan en dar papelitos en sus películas a padres, tíos, primos, novias, etc.

Para aclarar, el título original termina con un signo de admiración dando mayor relevancia a la seguridad con la que habla la joven principal. Pero en el blog no me dejan incluir dicho signo en el título, lo siento.

Resulta agradable de ver en cualquier momento, pero, por la climatología que reina en toda la cinta, es especialmente gozosa de ver cuando fuera de tu ventana llueve y truena.

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