martes, 15 de marzo de 2011

142 - FIRES WERE STARTED. Humphrey Jennings. Reino Unido, 1943.

Mientras la II Guerra Mundial tenía lugar, fueron bastantes los cineastas que, sin tocar el frente, cumplieron una función fundamental con sus películas de propaganda en las que exaltaban el espíritu patrio e invitaban a la juventud a dar lo mejor de sí, todo por la causa.

En Inglaterra, el mayor exponente es Humphrey Jennings quien, aparte de cumplir las funciones esperadas, consiguió también retratar la vida civil de los que no luchaban con un arma en las manos. En este caso, un día cotidiano en un cuartelillo de bomberos londinenses.

Lo primero os aviso que, frente a la sexualidad actual que ofrece la imagen de un bombero, estamos hablando de los tiempos en los que los encargados de apagar fuegos eran tipos normales y corrientes que se limitaban a cumplir con sus tareas, sin preocuparse en exceso de su forma física.

Con este retrato en mente, comenzamos con las actividades habituales de los bomberos mientras no tienen curro y les vemos jugando a las cartas o comportándose de forma muy normal. La mayoría eran profesionales de este sector en su vida cotidiana y, como actores no preparados, resultan sumamente convincentes. Tanto que uno de ellos, Fred Griffiths, llegó a convertirse en un actor de reparto que participó en más de 100 películas, en la mayoría de ellas haciendo de taxista.

Los momentos menos conseguidos de esta cinta son aquellos en los que el drama toca a la puerta y, de hecho, ante la muerte de un compañero, el tono está tan poco logrado que no logra emocionar al respetable. Pero eso no quita que la principal riqueza de esta cinta resida en el retrato de un Londres destrozado por los bombarderos alemanes durante el lamentablemente famoso Blitz.

Mientras que muchos otros títulos propagandísticos no tienen mayor interés en sí mismos, la gozada de esta obra es el enaltecer de forma sencilla la importante tarea que tuvieron los ciudadanos de a pie mientras soportaban la vida explosionada de su ciudad.

En el momento de su estreno, la cinta apareció como I was a fireman, pero, hoy en día, el clásico que se celebra es, directamente, Fires were started.

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