lunes, 31 de enero de 2011

125 - THE ROCKY HORROR PICTURE SHOW. Jim Sharman. Reino Unido/USA, 1975.

Tomando como base la obra musical escrita por Richard O'Brien (el mismo que da vida en esta cinta a Riff Raff), este proyecto partía como un mero disparate y los productores no tenían nada claro cuál iba a ser el resultado.

Dos factores jugaban a su favor. El primero, no sólo era una comedia muy divertida, sino que su libertad sexual fue muy bien recibida por todos los públicos. En segundo lugar, el glam comenzaba a dar sus primeros pasos y esta obra se convirtió, rápidamente, en película de culto, un término que también estaba en sus inicios como nueva definición.

Los elementos de los que se compone parecen difíciles de encajar: un narrador de vieja escuela nos va dando paso a lo que sucede en pantalla; una pareja con problemas en la carretera se va a refugiar en casa de una versión drag-queen del famoso Doctor Frankenstein y ambos caen rendidos a sus encantos en la cama; los personajes que se encuentran en la casa están entre lo freaky y lo moderno; por último, resulta que todos son marcianos.

Aparte del magnífico guión, la principal razón de que este Rocky esté ya inscrito en fuego en la historia del cine se encuentra en el inmejorable reparto. Tim Curry exuda sexualidad por cada una de sus lentejuelas; Meat Loaf está perfecto como su más puro opuesto; Barry Bostwick, con su aspecto de pollito recién salido del nido no puede estar mejor con su aspecto de simplón (y con lo bien que luce en calzoncillos, todo hay que decirlo); Peter Hinwood, el modelo reconvertido en la nueva versión del monstruo, cumple también con el lucimiento de su cuerpazo y con su cara de no haber tenido una idea jamás en la vida.

Mención aparte merece la siempe divina Susan Sarandon. Aparte de bordar su papel de Janet, y cantar estupendamente en él, en los extras del DVD afirma que "pese a todas las películas que he hecho, al final se me recordará por éste. Esta película es la que pasará a la posteridad".

Las canciones son estupendas y van de las baladas más puras al más innovador gay rock (nombre con el que se conoció al glam a su llegada a España). Y "Time Warp" se mantiene como una especie de himno para todos los seguidores de dicho movimiento.

Pero también es cierto que la genialidad de combinar la proyección de la película con la actuación en directo, sobre el escenario, de lo mismo que sucede en pantalla, pero con una serie de coletillas que se gritan a la pantalla, ha sido un elemento fundamental para el status del que goza. Hasta el punto de que existe un cine en Munich que lleva ofreciendo este espectáculo desde el estreno de la cinta y cuenta con una reproducción decorada del David de Miguel Angel dentro de la sala. En la película Fama (Alan Parker, 1980) podemos ver como dos de los protagonistas acuden a una de estas representaciones, rodeados de público vestidos como alguno de los personajes, una práctica habitual en ellas. Y, no hace mucho, todos los viernes se podía gozar con este espectáculo en la sala Ya'sta, de Madrid.

Así que, si todavía no lo has hecho, sigue el consejo de otro de los temas de este musical y "Don't dream it, be it".

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