domingo, 16 de enero de 2011

121 - PEKING OPERA BLUES (Do ma daan). Tsui Hark. Hong Kong, 1986.

Uno de los alicientes cuando te planteas ver todas las películas incluidas en EL es el encontrarlas. Aunque la mayoría son títulos que se pueden lograr fácilmente, en varios casos, como éste, lograrlos es toda una odisea. De hecho, y a un precio alto, logré por fin comprar esta película en su edición alemana, la cual permite ver la versión original con subtítulos en inglés. Tras andar meses detrás de ella, la emoción como espectador era grande.

Tanto como la tremenda decepción cuando me encuentro con una mamonada de película que no entiendo quién ha sido el bonito de cara que la ha elegido como título imprescindible. Los valores que parecen destacarla son su capacidad de lograr entretenimiento.

Esta entrada me gustaría dedicársela directamente al "cerebrito" que habla de ella en EL y recomendarle que se dé una vuelta por las películas de Mariano Ozores que, además de ser anteriores, consiguen mejor los logros por los que se celebra este peñazo de Peking Opera Blues.

El trío protagonista es de juzgado de guardia, tres petardas insufribles que construyen sus personajes a base de gritos molestos y miradas de estreñimiento supremo. Los actores que las acompañan se mueven por los mismos baremos. Y las situaciones en sí, son de no creerlas. Hay una secuencia en la que cuatro se esconden en la cama de una enferma que hace daño en el alma.

Podréis decir, ¿y de qué va? Pues la respuesta es que eso es lo de menos, porque es todo de una estupidez tan grande que sólo quieres que se los carguen a todos cuanto antes.

O quizá no, quizá lo que duele es sospechar que esa misma secuencia, si hubiera contado con la interpretación de nombres como Manuel Alexandre, Gracita Morales o Saza, se convertiría en un momento delirante.

No me quiero extender más. Por si no ha quedado claro, esta entrada se la debía haber llevado El liguero mágico (1980), que tiene mucha más chispa.

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