domingo, 30 de enero de 2011

124 - BRILLANTINA. Grease. Randal Kleiser. USA, 1978.

Lo primero es aclarar que aunque hoy en día nadie lo recuerda en su momento, efectivamente, se tradujo el título de la película como Brillantina. De hecho, el que todo el mundo hablara de ella como Grease y nadie como se la había traducido supuso que los distribuidores se empezaran a plantear presentar las películas con su título original, sin más.

Lo segundo, los que vivimos su momento, sabemos lo importante que fue esta película en nuestra adolescencia. La revista Súper Pop comenzaba su andadura y, con cada número, te llevabas una serie de pegatinas con tus ídolos. Y sí, las de esta cinta adornaban mi carpeta del cole.

Además, por aquellos tiempos teníamos un matrimonio de vecinos, español él, estadounidense ella. Y lo que nos contó la yankee cuando la vieron fue que la historia reflejaba perfectamente lo que era la vida en los institutos de su país.

España todavía coleaba con los restos dejados por la nefasta dictadura franquista y este título recibió la categoría de "para mayores de 18 años". Por suerte, en el pueblo de Fuencarral existía el cine Alameda, donde nos dejaban entrar a los de 13 años a ver programas dobles fuera de nuestro alcance. Nunca olvidaré que vimos esta gozada junto a Galáctica. Tampoco que, a la salida, íbamos toda la pandilla felices y cantando las canciones de la banda sonora. Y sí, lo confieso, mi nombre en clave para el grupo era Danny.

Sirva esta larga introducción para dejar claro que, por supuesto, esta joya forma parte de mi vida, aunque sólo sea por el hecho de haberla visto más de 30 veces. Y es que es una gozada total.

Más que eso, es el perfecto cuento de hadas para jóvenes con inicio de bozo. Las pandillas de chicas y de chicos eran moneda corriente en nuestros centros de estudios. Y las relaciones entre un lado y otro, también. Por eso, los chicos estaban locos por la Newton-John, mientras que las chicas desfallecían por el atractivo Travolta.

Junto a ellos, la maravillosa Stockard Channing haciendo de Rizzo, la liberada muchacha que "llegaba hasta el final" cuando se enrollaba con los chicos, aunque no hubiera condón por medio. Lo que menos nos importaba a ninguno era que los actores que daban vida a los personajes de nuestros sueños tuvieran una edad superior a los 30, en muchos de los casos.

Todos queríamos vivir esas aventuras, pasar esas historias y encontrar esas amistades y esas parejas que parecían hacerte subir el glamour hasta límites insospechados.

Con el tiempo he llegado a conocer bastante el trabajo de Eve Arden, una secundaria maravillosa que en esta obra está estupenda como directora del instituto. En su carrera solía interpretar papeles de mujer dura y cínica, características que asoman también en este trabajo.

¿Qué decir de las canciones? ¿Quién puede evitar el menearse donde le pille cuando suenan los primeros compases de "Grease lightning"? ¿Quién no ha cantado con ganas "You're the one that I want"? Pero mi favorita, en todo caso, es "There are worse things I could do" de la voz de la Channing.

He dedicado un rato a intentar encontrarle alguna falta a la cinta por aquello de ejercer la parte más habitual de la crítica, poner verde lo que sea. Y seguro que los podría encontrar, pero no pienso dañar el principal efecto que tiene esta delicia sobre mí: cada vez que la veo, mis ojos vuelven a ser los de ese niño de trece años con ganas de conocer el mundo.

En la entrada de Cantando bajo la lluvia, defendía a esta como el mejor musical de la historia del cine. Pues que quede constancia de que Grease la sigue muy, muy de cerca. Pocas veces una película provoca tanta alegría y da tan buen rollo como ella.

Altamente recomendable para estos tiempos difíciles.

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