lunes, 1 de noviembre de 2010

99 - PESADILLA EN ELM STREET (A Nightmare on Elm Street). Wes Craven. USA, 1984.

Entre las muchas razones por las que cabe destacar este título como película que nadie debería morirse sin ver, destacan en EL el nacimiento de Freddy Krueger, un personaje que se ha asociado con los malos sueños desde este título. Y estoy de acuerdo, pero creo que hay otros tantos motivos para que se la disfrute.

Aparte del mencionado, ese sujeto quemado con dedos de cuchillas, destaca mucho que en esta película la heroína sea una chica, no el típico chavalote, bueno y sano, que puede con todo para salvar a su princesa. La pena es que la actriz sea tan mala, pero qué se le va a hacer.

También es importante la genialidad de concebir al enemigo como un ser que te ataca mientras duermes, creando ese universo paralelo en el que los protas vienen y van del universo onírico, arrastrando en ocasiones al bichaco que les hace sufrir.

Aparte del espaldarazo que supuso en la carrera de Robert Englund (un actor que parecía abocado a una carrera en televisión sin remisión), la saga Elm Street también ha sido trampolín de inicio para actores tan relevantes como Johnny Depp (en el primer capítulo); Patricia Arquette (protagonista de la tercera entrega); o Breckin Meyer que participa en la nefasta sexta parte.

Y no es que los nueve episodios que se han rodado hasta ahora sean imprescindibles, ni mucho menos, pero sí que tiene cierta gracia conocer que la madre del Krueger era una monja inocente a la que violaron los locos de un manicomio (todos) con lo que el Freddy se ve convertido, sin más ni más, en el auténtico hijo de puta que es.

El genio detrás de todo este ensamblaje es Wes Craven, un director que cuenta con tres entradas en EL. Y no es que me queje, porque los otros dos títulos (Las colinas tienen ojos y Scream) también tienen su aquel, pero ¿dónde está La piel que brilla? ¿Dónde El niño que gritó puta? Al menos que los editen, por favor.

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